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Nelson Paredes: Ā«"En la cuerda floja" es mi verdadera carta de presentaciĆ³n en la literaturaĀ»

  • Viaje inconcluso
  • 21 oct 2023
  • 6 Min. de lectura

Conversamos con Nelson Paredes (ViƱa del Mar, 1959) sobre su reciente libro de cuentos En la cuerda floja, publicado por Bogavantes y que se presentarƔ en la Sala RubƩn Darƭo de la Universidad de Valparaƭso, el miƩrcoles 25 de octubre, a las 17.45 horas.

Destacado narrador y poeta, el autor ha construido una obra que va creciendo sin pausas, pero tambiĆ©n sin apuro. Merecedor del premio Fernando SantivĆ”n de Valdivia el aƱo 2017 (gĆ©nero cuento), en este libro reĆŗne gran parte de sus relatos, tanto publicados como inĆ©ditos. Sobre su escritura ha dicho Luis Riffo: ā€œLos relatos de Nelson Paredes son eficaces ejercicios de suspenso que se sostienen vigorosamente sobre la mejor tradiciĆ³n de la narrativa breve. Es decir, cumplen con creces con los preceptos de los mejores exponentes del gĆ©nero, como Horacio Quiroga o Julio CortĆ”zar, y recuerdan los recursos de Henry James y Nabokovā€.

Aquƭ se refiere a sus inicios en la escritura, sus influencias literarias, como tambiƩn la importancia de la memoria y el diƔlogo con los lectores.


ā€”Queremos comenzar por tu nuevo libro, En la cuerda floja. CuĆ©ntanos quĆ© importancia tiene para ti este libro, donde se resume gran parte de tu obra narrativa.

ā€”Han transcurrido diez aƱos desde que hiciera mi primera publicaciĆ³n, El tranquilo existir de las palomas, y seis desde mi Ćŗltimo libro de cuentos, Delirios, libros de circulaciĆ³n restringida, para no decir nula. Entretanto he participado de disĆ­miles proyectos culturales: en temas de memoria histĆ³rica, en la habilitaciĆ³n del museo de la Sociedad de Artesanos en San Felipe y en el rescate de la obra de un fotĆ³grafo de Putaendo. Mas me sentĆ­a en deuda por dos becas literarias obtenidas, en 2015 y 2020, en las cuales cumplĆ­ con el Fondo del libro, pero que no se concretaron en publicaciones. En 2021 saliĆ³ Lejos del ruido, poesĆ­a, y considerĆ© que era el momento de dar a conocer parte de esa primera obra, y de los dos proyectos de libro antes mencionados. Siento que esta selecciĆ³n de relatos, En la cuerda floja, es mi verdadera carta de presentaciĆ³n en el mundo de la literatura. Un salto definitivo al ruedo literario.


ā€”En todo escritor hay tambiĆ©n un lector. De tus lecturas, ĀæcuĆ”les consideras las influencias mĆ”s importantes?

ā€”Mis primeras lecturas infantiles fueron claves en mi interĆ©s por la literatura, sobre todo Julio Verne, cuyas obras devorĆ© en los largos veranos en el campo en Lo Orozco, donde alojĆ”bamos la familia en una pequeƱa escuela rural. Ya de joven, al salir de la enseƱanza media, me hice lector de poesĆ­a y de ella me he nutrido mayoritariamente. En cuanto a la narrativa, debo ser franco, cada nueva lectura ha sido influencia, y bienvenidas sean Ć©stas. De la lectura de El Extranjero surgiĆ³ ā€œLa importancia de ser dentistaā€, ā€œPabellĆ³n nĆŗmero 6ā€, de Chejov, y su atmĆ³sfera me llevĆ³ a mi ā€œPabellĆ³n de AnatomĆ­aā€, y asĆ­. Creo que en este dejarme influenciar voy asimilando formas de escribir, tonos, atmĆ³sferas, maneras de encarar los diĆ”logos, etc. AsimilaciĆ³n que me lleva definitivamente a encontrar mi propia voz, que es lo importante. Ahora si he de nombrar a algunos autores, han sido importantes para mĆ­ Bioy Casares, Carver, Hemingway, el descubrimiento de Rubem Fonseca, y un largo etcĆ©tera de escritoras y escritores.


ā€”En el proceso de elaboraciĆ³n de un cuento, Āæconsideras que hay una trayectoria que se va desarrollando a medida que se escribe o cuando te pones a escribir ya estĆ” toda la historia bosquejada?

ā€”En mi caso los relatos nacen de una imagen, una frase que queda rondando, una mĆ­nima anĆ©cdota, algĆŗn hecho que me impacta. Las mĆ”s de las veces visualizo un posible final, pero entre la primera frase, el comienzo, y ese hipotĆ©tico fin, por lo general no hay nada; la trama se va urdiendo poco a poco, a medida que escribo. Es en ese escribir que afloran nuevas ideas, imĆ”genes, a veces pĆ”rrafos, personajes, que van dando forma al relato. Es un recorrido tortuoso, agotador. Es muy rara la vez que ā€œte llega un cuento hechoā€, aunque sucede, y cuando acontece es un alivio. Eso sĆ­, reconozco que hay ciertos relatos en que pequeƱas ocurrencias me hacen reĆ­r, cuando la ā€œloca de la cabezaā€ se suelta y emergen situaciones de humor o de su antĆ­tesis, de maldad extrema, que no terminan de asombrarme.


ā€”Sabemos que la dictadura ha jugado un papel importante en tu escritura, como tambiĆ©n en tu vida civil. Ad portas de cumplirse 50 aƱos del golpe, ĀæquĆ© rol cumple la literatura en este momento histĆ³rico?

ā€”Hace un par de semanas, en un encuentro con jĆ³venes estudiantes de enseƱanza media, mujeres y hombres, les contĆ© que mi vida se resume en un Antes de Golpe de Estado (AGE) y un DespuĆ©s de Golpe de Estado (DGE). TenĆ­a catorce aƱos en ese momento y, obviamente, la vida ya no fue la misma. Los tres aƱos del gobierno popular en mi familia se vivieron con alegrĆ­a, guardo gratos recuerdos de aquel periodo (acaso el lar de Teillier). Las tertulias familiares, ciclos en Cine Arte, una pelĆ­cula bĆŗlgara, El CapitĆ”n, que me hizo llorar, vacaciones de verano en familia en un recorrido por el sur de Chile durmiendo en escuelas; mi madre era profesora y el Bienestar del Magisterio incentivĆ³ esa modalidad de turismo econĆ³mico con descuentos por planilla, incluso; el sentirme cooperando con mi paĆ­s en la Ćŗnica vez que hice trabajo voluntario en mi liceo Eduardo de la Barra. Luego del golpe ese mundo se desmoronĆ³. Vino la cesantĆ­a del padre, el miedo, la incertidumbre. Profesores queridos que no volvieron a clases y tantas historias por todos conocidas, no asĆ­ reconocidas. En cuanto al rol, y en esto hablo a tĆ­tulo personal, por lo menos en mi poesĆ­a siempre vuelvo a memorias de aquel periodo histĆ³rico, al dolor que arrastramos, a visibilizar de alguna manera el horror de esa dictadura, pero, eso sĆ­, sin caer en el panfleto, siempre con un norte artĆ­stico. En ese sentido, y esta es otra influencia, trato de recoger, aunque sea en una mĆ­nima expresiĆ³n, lo que ha hecho brillantemente Patricio GuzmĆ”n en sus documentales Nostalgia de la luz y El botĆ³n de nĆ”car, historias duras permeadas por instancias de luminosidad. En relaciĆ³n a mi narrativa, tengo un primo, de derecha, que me dice que se entusiasma con mis historias, pero que las mato cuando asoma una menciĆ³n de la dictadura. Son solo menciones puntuales en un contexto determinado. Es un gusto que me doy y lo siento un deber Ć©tico, menciones que van dirigidas principalmente a posibles lectores jĆ³venes, para que tengan siempre presente que en nuestro paĆ­s se viviĆ³ el horror. Son mĆ­nimos e indispensables puntales de la memoria. Pero quisiera agregar que en mis visitas a liceos he constatado la importancia de que quienes desarrollan un arte (mĆŗsica, literatura, pintura, teatro, fotografĆ­a, etc.), se acerquen a las aulas a compartir sus experiencias y a aprender de la juventud, en una retroalimentaciĆ³n mutua, necesaria y a la vez gratificante. Pienso que mĆ”s que la literatura deba cumplir un rol ā€”cada autor o autora es libre de quĆ© camino seguirā€” es para mĆ­ un deber, como literato, cultivar ese acercamiento, para honrar la historia personal, familiar y colectiva de mi ideario. Creo que son acciones que podemos hacer, primero, como estĆ­mulo para esta juventud en tiempos tan inciertos, y para enfrentar directamente al flagelo de la desinformaciĆ³n que corroe a nuestra sociedad.


ā€”En tu cuento ā€œEl lenguaje cardiĆ”ceoā€ hay una parodia acerca de los poetas, tanto en su afĆ”n de escribir algo novedoso como en su anhelo de reconocimiento. ĀæSe trata acaso de una crĆ­tica humorĆ­stica a ciertos autores?

ā€”Esa historia nace luego de leer una recreaciĆ³n de un cuento ancestral chino realizado por Lin Yutang, escritor del siglo XX. Otra parodia acerca de la vanidad. Mi relato no es una crĆ­tica especĆ­fica a tal o cual autor, sino a ciertas caracterĆ­sticas que he podido percibir del mundo literario, el que comencĆ© a conocer tardĆ­amente hace unos quince aƱos. Y vaya que me reĆ­ y disfrutĆ© escribiĆ©ndolo. Primero, porque puse de personajes a queridos amigos poetas, y a mĆ­ mismo. El humor es sanador y vale la pena practicarlo. El ego, la soberbia, el ninguneo, el afĆ”n de notoriedad y de fama, son caracterĆ­sticas que se dan, quiĆ©rase o no, en el cultivo de todo arte.


ā€”La diversidad de temas de tus relatos abarca lo policial, lo fantĆ”stico en alguna medida, los amores contrariados, pero lo que predomina es cierta visiĆ³n pesimista acerca de la conducta o el destino de los seres humanos. ĀæVes a tus personajes como un reflejo de nuestro tiempo?

ā€”Por lo general mis relatos retratan personajes del Chile post dictatorial. Del Chile jaguar de AmĆ©rica Latina; con sus miserias, arribismos, hipocresĆ­as e individualismos, y de los machismos tambiĆ©n. Veo, con excepciones, hermosas y significativas excepciones por supuesto, una degradaciĆ³n valĆ³rica y transversal que permea a nuestra sociedad, que se acompaƱa a la vez por la degradaciĆ³n del territorio producto de la voracidad capitalista. No puedo evitarlo. Es lo primero que asoma en mi escritura. Es lo que me ha tocado ver y vivir DGE, y con el avance del mundo narco el panorama no se vislumbra muy auspicioso. ĀæCierto? Si son los personajes un reflejo de nuestro tiempo, bueno, dejemos que eso lo descubran los potenciales lectores.


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