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"Hoja de observaciones", de Odaimis Moraga Cavour: ni tedio ni asombro, solo las cosas del mundo.

Ricardo Herrera Alarcón

Por Ricardo Herrera Alarcón


Nacida en Calama en 1992, pero residente en Viña del Mar, profesora de Lenguaje y magíster en Estudios Literarios y Culturales Latinoamericanos, la poeta Odaimis Moraga Cavour publica su primer libro, titulado Hoja de observaciones (Ediciones Casa de Barro, 2024). Dividido en cuatro partes: “Sin propósito comunicativo”, “Monocromía”, “Espejismos” y “En zona de ánimas”, la poeta desarrolla una intensa escritura de contrastes donde aborda los temas que la preocupan, entre ellos las rutinas diarias, el lenguaje como espejo de la realidad, las variables amorosas o las relaciones entre escritura y tradición.

En la primera parte del libro, distintas voces nos hablan: profesores, apoderados, encuestadores, sicólogos, encargados de relaciones humanas de empresas, estudiantes que realizan tareas y observan a sus maestros bailar y disfrazarse para las efemérides o aniversarios.  El mundo como una gran pedagogía cortante y que hiere. La sociedad como un conjunto de relaciones uniformes y burocráticas. El lenguaje como expresión de la distancia entre el ser humano y las posibilidades de crear una comunidad afectiva. El primer poema ironiza desde el título (“Cuánto se divertían”) sobre el proceso de evaluación en una clase. El inicio del poema recuerda a “Los profesores” de Parra, pero se distancia rápidamente. Esa es una característica de este libro: la manera en que va establecimiento filiaciones con la tradición y, al mismo tiempo, tomando distancia de ella. En este primer texto, Odaimis comienza con un epígrafe de Mistral, donde ese compromiso (ese fervor) mistraliano con la educación contrasta con el tedio y las rutinas pedagógicas. En toda esta primera parte nos hace transitar por la aridez que, a veces, implica ser profesor. Los que ejercemos esa profesión lo sabemos de primera mano, como también de las satisfacciones y los momentos de felicidad que entrega. Trasladar los informes, pruebas, libros de clases, observaciones, conversaciones con apoderados (y otros discursos estandarizados) es difícil. Odaimis mantiene a raya su propio yo (que más tarde asoma en otras secciones del libro) y se expresa a través de los otros protagonistas del reality educativo.

Poesía intensa y de contrastes. El paso de la primera sección a la segunda lo confirma. La máscara se diluye y aparece un único yo o, por lo menos, un hablante que se mantiene durante todos estos poemas. La monocromía supone las variaciones de un mismo color. Los colores (que funcionan como hilo conductor de estos seis textos) aportan no solo la sinestesia como recurso lírico (guerras lilas o visita celeste, por ejemplo), sino también una variación significativa en el tono, la temática, la manera en que se aborda el lenguaje. En apariencia parece otra poeta, otro libro. Es interesante la manera en que Odaimis construye esta sección dos. También la manera en que deja entrar ciertas alucinaciones a su imaginario (crucifixión de un ciervo, cuchillos transparentes) parece ser una respuesta a ese yo travestido, a esa ventriloquia ensayada al inicio. “Monocromía” intenta reproducir, a partir de ese mismo título, las rutinas y batallas cotidianas: lecturas, sermones en la plaza, salas de clases (nuevamente), escarceos amorosos.

Escribir parece ser quitar el polvo sobre las cosas, la ceniza, las manchas. No asombro, ni canto o celebración. No existe espacios para odas o melancolías. En “Las cosas del mundo” (de la tercera sección), el mundo es poco aprehensible, muy confuso y el poema es la manifestación de aquella perplejidad que más que una negación de nuestra capacidad de seguir cierto flujo vital, es justamente lo contrario: se niega porque se asume el sinsentido, no porque no exista la posibilidad de un sentido verdadero de la realidad: “No entiendo cómo no te desaniman las cosas del mundo / el camión estacionado y sus bocinas / la cama deshecha, los hongos del baño / el olor a humedad en la ropa / Soy parte de aquellas / personas en las que dices no confiar / porque no sostienen la mirada”. La aparición de esta hipersensibilidad en el poema no es un mero artilugio ni un mecanismo de construcción retórica. Es la constatación de que no somos fuertes, que respirar no es una batalla ganada (nunca lo fue), que los poemas son, entre otras cosas, rutinas, juegos de habilidad y destreza o, como dice la autora en “Oda y melancolía”, “una serie de procedimientos de aseo corporal y doméstico”, ejercicios con los cuales se quiere enfrentar una realidad un tanto esquizo, donde “Morfeo es un sicópata que te / duerme a botellazos en la sien”.

La última sección del libro (“Zona de ánimas”) ahonda en esta sensación de desacomodo, que es quizás la actitud vital de todo poeta: asistir a una fiesta donde no estamos invitados, sentarse en la mesa del pellejo y observar desde allí la mesa de los “grandes”: unos familiares a los que secretamente se desprecia, tanto por la forma en que se limpian la boca como por las palabras llenas de grasa que pronuncian.

La poeta Odaimis Moraga Cavour ha escrito un libro inquietante, que no teme ir a la realidad como el cántaro al agua y quebrarse: se arriesga y se mueve entre registros diversos, aborda temas complejos de la existencia y no se queda en esa cosa meramente descriptiva en la que tanta poesía insiste. Hoja de observaciones es un libro que se lee con, y nos toma por, sorpresa, pero que por sobre todo se vuelve a leer una y otra vez, convencidos de que aquí existe una poesía genuina, una poeta diferente.


Selección de poemas


Cuánto se divertían


Maestro, hazme perdurable el fervor y

pasajero el desencanto. Arranca de mí este impuro deseo de

justicia que aún me turba, la mezquina insinuación

de protesta que sube de mí cuando me hieren. No me duela

la incomprensión ni me entristezca el olvido de las que enseñé.

Gabriela Mistral

 

Cuál es el propósito comunicativo de la rima LVI de Bécquer

por qué el narrador del misterio es omnisciente y no protagonista

si el sujeto y predicado

si termina en ene ese o vocal

si inferir o localizar

si primera persona plural

si tempus fugit o contemptus mundi

 

Lázaro comenta los versos de Lorca

evalúa el uso de sustantivos que aluden a la muerte

cuenta el número de sílabas y versos

con un inicio desarrollo y cierre

usa eficazmente una gama de vocabulario

usa de manera sofisticada estructuras organizativas

 

Se debe escuchar la lectura monocorde

con un cronómetro medir la fluidez

contar por minuto el número de palabras

que explican el mecanismo de una torre de vigilancia

escribir en impersonal las conclusiones

 

Me es prohibido responder preguntas durante la evaluación

se debe calificar con objetividad

sin embargo escribo en la pizarra otros conectores no obstante

del mismo modo por consiguiente

recito los nombres de los personajes que olvidan

Apolinar Moscote Agente Nº XYQ_,384_,2

Pietro Crespi Godoia Beppo Tiresias

Jandira Estragón Antonio José Bolívar Proaño

 

Encierro con lápiz rojo los errores ortográficos

y una escala decide el valor del estudiante

que ennegreció el número de la alternativa incorrecta

que ha escrito savor ciembra uida trajedia 

 

Al final del circuito siquiera la inteligencia artificial

me recomienda las mejores obras de la historia de la humanidad


 

Hoja de observaciones

 

Muy señorita

Se presenta sin materiales

Sin salida de cancha

Excelente higiene y presentación personal

Comportamiento disruptivo en clase de moral cristiana

Se cita apoderado

 

No sabe escribir

Debe mejorar ortografía

Realiza una apología a la cocaína usando tiza del pizarrón

Levanta la voz y emite injurias para expresarse

sobre la calidad de juego de un seleccionado nacional 

Se cita a apoderada

 

 

Reunión de apoderados

 

Qué hago, profesora, con mi hija

no viene a clases no me hace caso no me come no me habla

Qué voy a hacer con mi cabro

lo encontré de nuevo como usted lo vio la otra vez

como muerto como en un coma como una planta

se lo llevaron esposado

Qué quiere qué haga si no tenemos

cómo quiere que haga si no quiere nada

conmigo

Haga algo —usted— que es su profesora

 


Nadar entre gel calipso fluorescente

 

La forma en que planeamos como animales verdes

que descienden y una vez en tierra

no pueden bailar

El modo en que se cierran las puertas y ventanas

con el viento y no abrigan

las sábanas sucias los libros sin leer

cada palabra que se espanta de su significado

cada gesto permanece en las arrugas

 

En otras circunstancias las profesoras nos leen

se transforman en un poema perverso

que marca irremediable como la crucifixión de un ciervo

no permiten que planee largos tramos

sobre las cabezas atravesadas por cuchillos transparentes

Es la danza contemporánea

en la que se contorsiona una niña herida por la policía

sus dedos se unen en aletas azules

para nadar entre el gel calipso fluorescente

que rodea edificios y casas pareadas

 

Esa sensación menos metafórica

de caminar con lentitud

Alucinante

pronto estaremos guiándonos

por instrucciones para

una noche de insomnio una detención arbitraria

una crisis de pánico al interior de un féretro

 

La farmacéutica suicida reaparece y receta

caminar por el pasillo de un tribunal de menores

mirar con atención las caras en el metro

no consumir fármacos

Así como esta mañana el gel calipso se desborda

por un orificio milimétrico en el rostro baleado de una inocente

otras mañanas y tardes similares

camino con más destreza

Alucinante

pero lo incierto será que te retires 

de esta vastedad en que estamos hacinadas

de esta amplitud finita

 

 

Las cosas del mundo

 

No entiendo cómo no te desaniman las cosas del mundo

el camión estacionado y sus bocinas

la cama deshecha, los hongos del baño

el olor a humedad en la ropa

Soy parte de aquellas

personas en las que dices no confiar

porque no sostienen la mirada

 

No entiendo cómo no te hunde el invierno y el verano

el cambio de hora en otoño

la voz inextinguible de la asamblea

del pastor o el dirigente

Alguna vez creer que serías decisivo en algo

Alguna vez creer que ya habrías decidido algo

cualquier chabacanería

 

La invención de un nombre la captura de un momento

el relato de una victoria el rescate de un secuestro

la toma de un terreno la liberación de un cautivo

la condena de un corrupto la entrega de un mensaje

el alzamiento de un pueblo

la aparición de un santo

 

En cualquier cosa:

la invención de un insulto la captura de un puma

el relato de un chisme la defensa de un genocida

la conquista de una niña la redención de un victimario

la condena de un hereje la entrega de un paquete de coca

el surgimiento de una secta

la aparición de un santo

 

 

Funcionamiento

 

Al parecer solo eran moléculas

todo este tiempo eran hormonas o vitaminas

vitamina B12 levotiroxina serotonina

una secuencia de carencias químicas y no afectivas

un daño reparable

un mecanismo descompuesto

un error en la secuencia de comandos

una fuga metafórica de líquido cortical

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