Rodrigo Massi (Temuco, 1980) es profesor básico de lenguaje y comunicación y licenciado en educación.
En 2005, fue director del área literaria de la agrupación cultural Arteos, en Teodoro Schmidt. Ese mismo año obtuvo el segundo lugar en el concurso de creación literaria de bibliotecas públicas (DIBAM), en Temuco. En 2006 consigue el primer lugar en el concurso literario de la DIBAM, en Teodoro Schmidt, y al año siguiente mención honrosa en el Certamen Regional de Creación Poética Joven del Fondo de Cultura, en Temuco.
Fue becario del taller literario de la Fundación Neruda, dirigido por Guido Eytel, en 2009, en Temuco.
Es miembro cofundador de la Organización para el desarrollo interdisciplinario de la cultura, la educación y las artes (ODICEA), en Teodoro Schmidt.
Manteles y nubes es su primera publicación.
Radicado actualmente en Porvenir, en la siguiente entrevista nos habla de autores, de sus procesos de escritura y su nuevo proyecto literario que lo tiene obsesionado con los estromatolitos.
1. ¿Quiénes son hoy en día tus poetas de velador?
No he leído poesía últimamente. Algunos textos sueltos que amigos cariñosamente me comparten para entregar alguna recomendación u opinión personal de su trabajo. Siempre tengo “cabeceras de papel”, como les digo: Bolaño, Lihn, Magma, Rosabetty, Teillier, Hahn, Pizarnik, algunos tuyos y un largo etc. Las uso cuando quiero un consejo, busco una palabra o quiero entablar alguna conversación, cosa que no hago hace mucho.
La literatura que tengo muy cercana y pendiente está en torno a lo humano y la posibilidad de extraer desde allí un imaginario más lúdico y amplio. La ciencia ficción desde niño me cautivó profundamente (de tal forma que me sacaba de mi realidad inmediata muy carente de todo) creo que me ayuda hasta el día de hoy: Dick, Bradbury, Tolkien, entre otros; así como el cine y sus multiversos.
2. Manteles y nubes (2020) es tu esperado primer libro. ¿Qué tan importante ha sido para ti su publicación? ¿Qué significa el primer libro para un poeta?
Tengo sentimientos muy encontrados con mi primer texto. No sé si personalmente tenga una relevancia tan grande (más bien relativa). En primer lugar, porque es un trabajo que se desarrolló a lo largo de dos décadas y de forma intermitente. Y luego porque no fui lo suficientemente proactivo como para delimitar una línea de trabajo muy necesaria, para ser honesto. Eso tiene sus costos obviamente. Sin embargo, creo que con el impulso necesario e incondicional de todos los que intervinieron en él, resultó un buen trabajo.
No sé si mi caso sea el de la mayoría. Creo que un primer libro no debería ser, según mi experiencia, un parto; sin embargo, lo es. Muchas veces pensé en declinar mis esfuerzos y redirigirlos por completo a la investigación o al desarrollo sociocultural de la educación, cosas que hago actualmente de forma paralela a la escritura y mi trabajo.
3. Sabemos que te encuentras viviendo en Porvenir, donde trabajas de profesor. Cuéntanos como ha sido esa experiencia y cómo ha influido en tu escritura.
Sí. Estoy viviendo y trabajando en el extremo sur en la Isla de Tierra del Fuego. Creo que es un lugar donde tú puedes encontrar una materia prima o consistencia vital que sólo en lugares como éste se concentran. Es un escenario, a primera vista, desolador, interminable, hasta donde he podido conocer. Con mucho pasado no declarado y con una característica única en el mundo, pareciera que el tiempo no ha pasado, más aún cuando conoces el parque próximo a la ciudad de Porvenir que se llama “Parque de los Estromatolitos”. Es un viaje a un pasado irreconocible para el ojo humano, donde existen estos primeros seres vivos llamados estromatolitos, que existen aquí y en seis lugares más en todo el planeta. Son las primeras formas de vida, muy anteriores a los dinosaurios.
El texto que estoy escribiendo lleva por título “Estromatoversos”. Es una visión atemporal y propia de la contingencia a su vez, en la cual deseo expresar mi experiencia en relación al tiempo inmóvil y la temporalidad pandémica, situada en un espacio étnico extinto.
4. ¿Por qué consideras importante escribir hoy en día? ¿Por qué no ser alpinista o boxeador?
Escribir para mí, ha sido la forma más sana de conocerme y reconocer a los demás. La lectura, en primer lugar, me ha puesto en marcha un sinfín de ideas que, por mi poca constancia, no logré sostener en el tiempo, un trabajo en desarrollo y creciente.
He boxeado toda mi vida con el presente, lo seguiré haciendo en el futuro; y también quiero escalar las Torres del Paine, pues viejo.
Estromatoversos
(Fragmento)
Patagonia
Incluyo la luna en esta observación
La geografía no me ha dado nada
Los canales los fiordos los islotes
Más que la postal instantánea
De una soledad geográfica
Los ruidos lejanos de rituales
Que no puedo presenciar
pero están aquí
El llanto perdido de los seres moribundos
No los oigo pero están aquí
Esta escarcha negra de los fríos australes
No los siento ya pero están aquí
Cuando estas aguas se unen con estas otras
Solo imagino que estoy ante su presencia
La blanca mañana que acompaña estas
Visiones llegan mientras las dejo con un
Paso lento pero se quedan como la
Brisa implacable del tiempo que no vi.
La verdad de Ulen
Como desconocido absoluto
En tu morada inexistente
Más es mi necesidad de tu mundo
Para crear urge
No empezar desde el pasado
Porque se destruiría en un instante
En este maltrecho futuro
Lo aparentemente conexo
Recides en el origen
No gritas pero conoces
No escribes no necesitaste
Pero danzas aún
Los colores uniformes
En la representación de
respetos y temores saltas
entre llamas que emergen con
gran furia y crecen raudas
al son de soplos infinitos
Gruñendo entre sus brasas
Los misterios de todo comienzo
Encuentro
Está en la garganta
No escurre por los labios
No existe nada necesario
Un gemido nada más
Para entender este espacio
Un poco de tiempo
No hoy como ese que pasa las horas
Pensando en ti
Dándote la forma que quiere
Creando mente y cuerpo como
Dios
Viendo pasar el astro al fuego
Para encontrarte en ese lugar lleno
De escombros que reunió solo
Para ti
Como un salvaje hasta cansarse
Mientras busca con que cubrirte
En este lugar de millones de años
algo comienzan
Postal
Por estos interminables senderos
Donde el guanaco reemplaza al huemul
Cocino con un fuego tenue la tarde
Las señales del cielo entre los caiquenes
me muestran lo Tranquilo y rápido del día
La postal quieta de colores petrificada
por siempre
Una larga playa tras roqueríos escarpados
Un largo camino de regreso a casa
Una hermosa sonrisa es la puesta de sol
La fuente sin fundirse llama a la mesa
Nacimiento
Hoy
Con esta tempestad nacida entre puerto y faro
No seguiré estirando más la trampa moribunda
De un año o de todos esos postergados
Que suponen un final cierto
Hoy
Que estoy en el final todo empieza
Como esta geografía llana y seca de frías
Aguas y torrentes
No salgo a encontrarme con verdes fértiles
Cuando lo hago encuentro otra fertilidad
La de los albatros girando en círculos que
no terminan
La de los quetros y marinos australes
Gritos de altamar
Hoy
No es un año al que le haga falta mi corazón
Puesto de cabeza al mundo
Pero de cara al viento
Puerto Fantasma
Vibraciones moviéndose con cierta aspereza
Estridencia o fuerza necesarias para atravesar
Tiempos que ya no llaman
No cuelgan
No hacen ruido
Violentan con soplos matinales
Como reclamando la soledad solo para sí
Al entrar la noche
Una cápsula temporal
Dormida entre rechinares de trastos oxidados
Tuberías quebradas
Casas sin puertas
Sin ventanas
Las techumbres dejando entrar el universo
Como consolando la escena holocáustica
Dormida entre brisa y niebla
Sueños del pasado dispersos en la razón
La persistencia natural de un muelle
Petrificado
La orilla cada vez más cerca
Puerto Percy frente al mar observando
Su futuro pasado
Amnesia
Por este continuo padecer de cosas el mundo se redujo
Sin haber causa aparente
Un fondo físico en lo que nunca estuvo escrito
Con ninguna amalgama obligaría
Este paso de horas inexistente
Que se cobije con mis experiencias el plan del universo
O la panacea post mortem
O piedra de ninguna filosofía ni moderna ni mística
Los padeceres le dar al humano la autocompasión
En la línea que cruza desde su mirada desdoblada
Hasta el lamento peregrino
Hendiduras o marcas que no tienen razón
Ni una gota ni una sola de nada
Ninguna señal
Un fondo ingrávido
Un mareo sin nauseas justifican el movimiento
Recuerdos blancos en el fin del mundo
Memorias de amor al horizonte
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